Un „objectivisme“´inconcebible

L'"ara" va publicar una noticia dient que el ministre d'afers estrangers d'Ucraïna va denunciar la deportació ´d'evacuats de Mariúpol a l'interior de Rússia. Em va sorprendre com ho comentaven els lectors "objectius" del diari, n'eren una dotzena, tots escrivien en català i tots l'acusaven de divulgar propaganda antirussa. Que suposadament la gent agraïa el seu alliberament i el trasllat a un lloc més segur, que Ucraïna no ho era, que segurament havien estat hostigats pel batalló "nazi" Azov, que potser se sentien russos...  Tot això podria ser veritat, no n'hi ha proves convincents, tampoc el ministre ucraïnès tenia dades precises, però hom veu fets contundents que no permeten fer suposicions a favor dels "alliberadors", que són crims de guerra innegables. Els russos van bloquejar la ciutat amb centenars de milers d'habitants, impedint-ne la sortida i creant-hi una catàstrofe humanitària, van bombardejar-la indiscriminadament,   reduint a runes infraestructures civils, van treure gent fora del seu país. I no han aportat cap prova de la presència dels "nazis" de l'"Azov" ni a l'hospital ni al teatre bombardejats, ni tan sols van poder mostrar el seu maldit emblema "NI" que es veu com "SS".

I què dirien els autors de comentaris "objectius" si aquells catalans que se sentien espanyols, després de llur alliberament del "terror roig", fossin traslladats de Tarragona, diguem-ne, a Saragossa o Cáceres?

Vaig trobar aquells comentaris després de llegir el relat d'una sobrevivent de Mariúpol qui va poder sortir-ne per refugiar-se a prop d'Odessa, que també és sota perill, però més lluny de Rússia. Vull que el llegeixi com més gent com a una mostra de com "se sent rus" a Mariúpol. Està escrit en rus, la seva llengua nativa i usual, i n'he fet una traducció al castellà, així es veu millor el paral·lelisme entre les relacions Ucraïna-Rússia i Catalunya-Espanya.

Nadezhda Sukhorukova

 

SOBREVIVIR EN MARIUPOL

Crónicas de tiempos inhumanos

En el sótano, soñaba. Especialmente en los últimos días antes de huir. Estaba sentada en una vieja silla, escuchando el rugido del avión, e imaginaba que iba a suceder un milagro. La bomba que el piloto ruso lanzó volaría de regreso al avión. Explotaría en el aire y se desmoronaría sobre el mar.

En los últimos días, me convertí en una sustancia congelada e indiferente. El único sentimiento que me llenaba hasta el borde era el sentimiento de miedo animal. Estaba condenada. ¿Quieres saber cómo sobreviví al bombardeo? Yo, una adulta, durante los bombardeos tomaba la mano de mi madre y me acurrucaba hacia ella, como en mi infancia, cuando quería esconderme después de un terrible cuento de hadas.

Mi vida se había convertido en una pesadilla. La vida de mi ciudad se habia convertido en un infierno. Había héroes por todas partes. Estaba débil y agotada: luchaba contra ataques de pánico y me consideraba culpable de todo. Tenía miedo de admitir frente a los demás que tenía miedo. Y quería ser útil a alguien.

Una semana antes, Natasha vino a mí. Mi colega. Con su marido y su hijo habían caminado por la ciudad haciendo videos. Para mostrar a todos esta pesadilla. Le pregunté: "¿Qué debo hacer?", Me dijo: "Sobrevive, Nadia. Necesitamos sobrevivir". "Le pregunté: '¿Cómo ayudo a la ciudad?' y ella dijo: 'No lo sé'.

Los tres fueron a la unidad de cuidados intensivos de niños, donde los médicos permanecían todo el día, tomaron los teléfonos de sus seres queridos y les enviaron mensajes durante las raras sesiones de comunicación. Les informaron que todos estaban vivos y bien.

Luego dos minas volaron contra su apartamento y mataron a su esposo. Fue la primera muerte cerca de nosotros. Hace apenas un día habíamos visto a un hombre. Vivo. Sano y fuerte. Tranquilo y confiado en que viviría mucho tiempo. Y ahora se ha ido. Solo porque algún monstruo disparó contra un edificio de apartamentos.

En la víspera de nuestra partida, bombardearon sin parar. Pensamos en cómo irnos. Teníamos un coche fantasmal. Nueve personas y un perro para sacar. Y un mínimo de posibilidades de llegar al garaje. Estaba en las inmediaciones de la escuela, y allí golpeaban con todo tipo de armas. Los ocupantes no se hacían los modestos para nada. Escogían un área en la superficie y la machacaban hasta convertirla en ruinas.

Daban contra un mismo edificio de varios pisos docenas de veces. Juro que nuestros militares nunca estuvieron allí. Ni uno solo. Allí vivían personas pacíficas que esperaban que el bombardeo terminara y pudieran salir a tomar agua o cocinar comida sobre el fuego. Estos edificios recibieran una docena de impactos. Los rusos estaban golpeando con fuerza ciega. Escuchábamos estos sonidos desde el sótano y jadeábamos de horror. Parecían bofetadas. Era como si un enorme látigo estuviera siendo azotado a través de las casas.

Los sonidos de la guerra tocaban una sinfonía de la muerte. Primero, el crujir de los enormes dientes del gigante y los golpes de hierro en el techo. Creo que esto fue solo un calentamiento. Alguien se estaba preparando para la actuación. Luego venía la melodía de los lanzacohetes Grad. Temblaba el suelo y tiritaban las paredes. Enormes asesinos ciegos volaron a través de nosotros. No podíamos entender en qué dirección. Había gente por todas partes. Para algunos de ellos, esta música fue la última. Para mí, lo más aterrador era el zumbido de los aviones. Nunca los he visto. Tal vez si los viera, no les tendría miedo. Me cubría la cabeza con una almohada y soñaba con quedar sorda de un fuerte golpe en el suelo. El suelo se doblaba y el avión estaba tomando una segunda vuelta y volvíamos a morir, hasta la siguiente explosión.

Y el 15 de marzo, el cumpleaños de mi hijo, sollocé en el portal porque no podía felicitarlo ni hablar con él. Qué cosa tan ridícula. Sollocé no por el hecho de que la gente estaba siendo bombardeada constantemente, no porque la gente estuviera muriendo, no porque el mañana no llegara, sollocé por no poder hablar por teléfono con mi hijo.

Y sucedió un pequeño milagro. Justo en el portal hubo conexión. Mis vecinos del sótano se dijeron entre sí que el proveedor Kyivstar había sido bombardeado, pero uno de los empleados enciende periódicamente el generador y lo llena con gasolina para que la gente pueda hablar durante al menos un minuto y enterarse de las noticias. Y aunque era imposible conectarse con nadie en Mariupol, podíamos informar a nuestros familiares en otras ciudades sobre nosotros mismos. Gracias a una persona desconocida que daba la oportunidad a los residentes de Mariupol una vez al día para decir a las personas que se volvían locas por no tener noticias, una sola palabra: "estoy vivo".

Fue el 15 de marzo que escuchamos nuevos sonidos de la sinfonía de la muerte. Eran diferentes a cualquiera que hubiera sonado antes. Dos fuertes y poderosas explosiones. Todo en el interior se puso patas arriba por ellos, la cabeza se volvió enorme y vacía, las paredes del sótano vibraron durante algún tiempo. Decidí que era un arma de destrucción masiva. Y pensé con horror qué vería cuando saliera.

Luego la gente de un pueblo cerca de Mariupol nos contó que los buques de guerra rusos estaban disparando contra la ciudad. Nos mataban desde la tierra, desde el aire y desde el mar. Nos mataban desde todas partes. Mi ciudad consecuentemente era reducida a escombros.

Salíamos a la superficie cada vez menos. Y el penúltimo día, antes del toque de queda, nos vino a ver Liosha. Comenzó a beber mucho después de ir a ver a sus hijos en la ribera izquierda. Cuando regresó de allí, estaba segura de que él no sentía miedo. Pero a la entrada del sótano, contó cómo se tiraba al suelo cuando llegaban las minas. "No escuchaba el ruido, pero las veía explotar". Entonces le confesé que estaba muy asustada. Me dijo: "¿Me lo estás diciendo a mí?", Me alegré de que no fuera un héroe, de que fuera una persona común, de que también tuviera miedo. Simplemente no lo deja ver. Aun ahora está en Mariupol. Sentado en el sótano de nuestro edificio de nueve pisos. No puede irse hasta que encuentre a los niños.

Ahora estoy en Chernomorsk, cerca de Odessa. Donde mi hijo. Fue muy difícil irse. Y ni siquiera porque nos bombardeaban y estábamos conduciendo un coche roto, sin cristales y con agujeros de proyectiles. Todos estábamos en shock. Todos en el coche estábamos rezando por llegar al destino sin que nos mataran los proyectiles. Nos detenían los militares rusos y nos hacían todo tipo de preguntas. Todos sonaban como bullying. Por ejemplo, ¿no tienen frío sus hijos en un coche con cristales rotos? Cierren las ventanillas, que los niños no se vayan a resfriar. Qué bestias más cariñosas. Bombardearon las casas, lanzaron misiles contra áreas residenciales, refugios antiaéreos con mujeres y niños, y ahora se preocupan porque los críos de Mariupol no tengan rinitis. Todo dentro de mí se revolvía como si me estuvieran disparando.

Hubo un tiempo que pensé que si escribía, todo cambiaría. Pero, desafortunadamente, nadie todavía saca a la gente de Mariupol, nadie cierra el cielo y no declara un régimen de alto el fuego. No entiendo contra quién están luchando los rusos. ¿Contra mujeres y niños? ¿Por qué matan a civiles? ¿Por qué están convirtiendo la ciudad en ruinas? Estoy desesperada. En Mariupol, miles de personas están sufriendo desastres y muriendo. Por favor, ayúdenlos a sobrevivir.

 

       

 

 
Sobre la possibilitat d’arribar a una solució pacífica amb Rússia
 

Un general soviètic-rus, qui va combatre a l'Afganistan, Transnístria, Txetxènia, un "falcó" per on se'l miri, va dir una vegada: qualsevol guerra, en començar, es converteix en un cul-de-sac, després arriba la catàstrofe. I qualsevol guerra sempre acaba amb negociacions. Si es procedís directament a les negociacions s'hauria evitat la fase no civilitzada i nombroses morts de persones, els sobrevivents de les quals mai ho oblidaran ni perdonaran ningú.

Pel que estem vivint i observant aquests dies o ja setmanes, lamentablement, aquesta visió realista és incapaç de penetrar en la ment de l'agressor Putin. Ja es veu que la seva aventura bèl·lica, tal com se l'havia proposat, ha fracassat: ningú li ha cregut que es tractava d'una operació especial, tothom parla d'una guerra. En comptes de conquistar en pocs dies Kíiv i canviar la "junta feixista" per algun titella, demostrant a l'Occident col·lectiu que Ucraïna es mantindrà dins de l'esfera d'interessos del Kremlin, es va trobar amb la resistència d'un exèrcit ben preparat (i no de "batallons nazis"), una cohesió del poble decidit a rebutjar l'agressió a tota costa, una nació política consolidada en lloc d'un "pseudoestat", una solidaritat internacional de tal envergadura que ningú hagués pogut preveure i un aïllament de Rússia sense precedents. Políticament el tret li va sortir per la culata: en voler imposar el seu "dret" a mantenir la seva esfera d'influència davant l'aliança occidental, va aconseguir que les neutrals Finlàndia i Suècia consideressin seriosament la seva afiliació a l'OTAN, la històrica discòrdia entre els polonesos i ucraïnesos va ser deixada de banda, donant lloc a un agermanament des de ciutadans d'a peu fins als més alts dirigents.

En allò militar, Rússia no ha aconseguit cap dels objectius proposats, les tropes dissimulades com a grups tàctics de batalló han quedat sense plans, no poden avançar, no saben què fer, tenen greus problemes de logística: militars russos deixen tirades les seves màquines sense combustible, ronden buscant aliments. Incapaços de trencar la força militar ucraïnesa, els mitjans bèl·lics s'empren per crear terror entre civils: es bombardegen habitatges, es destrueixen establiments d'ensenyament (al dia d'avui, més de 400) i hospitals, s'empren armes prohibides, per exemple, bombes termobàriques, que maten persones amagades en refugis, bombes de ràcord. La fase del "cul-de-sac" evidentment s'ha completat i ja s'està entrant en la fase de catàstrofe.

Tanmateix, la part russa, en comptes d' aturar-se i tractar de trobar alguna solució raonable, segueix escalant aquesta bogeria militar i política. Perquè la guerra no és un accident per a la cúpula governant a Kremlin, és el que ha volgut, el que ha vingut preparant i de fet duent a terme de forma "híbrida". És la seva ultima ratio regium. Saben perfectament que en el món d'avui no és possible aconseguir els seus objectius per mitjans militars. El que passa és que ells no volen el món d'avui, volen que retrocedeixi cap enrere, perquè no hi tenen cabuda, i el seu poder i riquesa corren perill mortal.

L'estat que tenen a les seves mans és un relicte de l'imperi que no tenia una altra forma de creixement més que l'expansió. Va començar des del principat de Moscou que primer es va posar a "recol·lectar les terres russes" sota el seu domini, fent córrer molta sang germana quan algú no entenia que l'exèrcit moscovita arribava per "alliberar". Els ucraïnesos i bielarussos quedaven fora de perill al Gran Ducat de Lituània, Rússia i Samogitia, on la seva llengua, la rutènia, era oficial, podien imprimir els seus llibres, tenir les seves universitats, desenvolupar la seva cultura, practicar la seva religió, tot en l'àmbit europeu, molt diferent pel que fa a tot el rus. Moscou es va enfrontar al Gran Ducat en guerres sagnants, per cert, també al·legant "alliberament de germans".

La relació desigual entre Moscou i els seus germans occidentals es posa en relleu en dos fets. Quan Iván Fedorov el 1654, 40 anys més tard que a Bielarús, va intentar imprimir el primer llibre rus, va ser hostigat per l'església russa i va haver de fugir al Gran Ducat per poder continuar la seva obra. Fins a mitjans del segle XVIII tots els homes cultes del Regne de Moscou i de l'Imperi Rus es formaven a l'acadèmia de Kíiv, l'únic centre docent superior a les terres.

Segle rere segle, Moscou anava conquistant parts del Gran Ducat, fins a tragar-se l'última resta a finals del segle XVIII. S'obria sortides al Mar Azov, Bàltic, Negre, després l'Oceà Pacífic, perquè suposadament un país no pot desenvolupar-se sense sortida al mar, però en el cas de Rússia cap dels mars li va solucionar els seus problemes de desenvolupament. L'imperi dels saraus va deixar d'existir en la Primera Guerra Mundial quan, entre altres coses, es va plantejar conquistar els Dardanels.

A diferència d'altres imperis, que generalment tenien dominis a l'ultramar i extreien d'ells matèries primeres, Rússia aglutinava els pobles conquerits, s'aprofitava de les seves aportacions econòmiques, culturals i intel·lectuals, se les feia pròpies. La població russa s'expandia pels nous terrenys conquistats, sense respectar el fet diferencial dels locals, convertint-se en un instrument d' assimilació, conscientment o no. Per això, en proclamar-se independents i separar-se de l' imperi, les noves nacions lliures tenien el seu cos nacional més o menys complet, mentre que el restant de l'antic imperi es veia mutilat, incomplet, ja que el seu cos estava en major mesura conformat per aportacions d'altres pobles, que resultaven de vital importància.

La revolució bolxevic el 1917 va semblar acabar amb l'opressió nacional i als anys vint es va veure un auge impressionant de cultures i autonomies nacionals que va il·lusionar, fins i tot, entusiastes de renaixement nacional d'ideologia aliena al comunisme. Deu anys després, quan es va abandonar definitivament la idea de la revolució proletària mundial i es va tractar de preservar l'estat, va tornar el xovinisme rus i la desconfiança cap als no russos, plantejant-se i practicant-se la recuperació dels territoris que abans formaven part de l'Imperi Rus.

Amb la disgregació de l'URSS va succeir quelcom similar: els nous governants de la Federació de Rússia, que són aquells que van aconseguir fer-se ducs de grans parts del patrimoni privatitzable de l'extint estat soviètic, mitjançant una coparticipació dels serveis secrets, que tenien la informació estratègica política i econòmica, i els cercles criminals que ja s'anaven apropiant de  béns públics i necessitaven legalitzar-se. Aquesta classe mafiosa, en arribar a la cúpula del poder amb Putin, es va adonar que se'ls anava definitivament el diamant més precios de la corona de l'Imperi Rus: Ucraïna disminuïa la seva participació en estructures com la Comunitat d'Estats Independents, la finalitat de la qual era mantenir el domini de Moscou sobre els estats postsoviètics. El titella Ianukòvitx, qui havia de mostrar la força del sentiment prorrus a Ucraïna, va fracassar i juntament amb ell, l'últim recurs polític per retenir la independència d'Ucraïna i la seva elecció europea.

Es va posar en moviment la força militar, van annexionar Crimea, van ocupar part de Donbás i van començar la guerra en forma híbrida. Mentrestant es ralentitzava perillosament el creixement econòmic de Rússia.  Aleshores, per salvar el seu poder, van recórrer al clàssic mètode de dictadors del passat: una guerra ràpida triomfant.

Aquell va ser el que va proclamar Putin el 24 de febrer passat i no va ser cap decisió impulsiva, tot i que se li notava tremolar la veu en pronunciar el seu discurs. L'agressió contra tota Ucraïna estava pensada, preparada, perquè la necessitaven. I la continuaran.

Les negociacions que porten els russos amb els ucraïnesos actualment no deixen veure cap voluntat d'aturar la guerra, segueixen plantejant les mateixes condicions que van declarar en començar la seva "operació militar especial". Malgrat tots els revessos i de l’"incompliment del pla d'operació" volen seguir fins a aconseguir la capitulació d'Ucraïna. Perquè ni tan sols poden tornar a l'estat d'abans del 24 de febrer. La seva derrota militar seria la mateixa, amb la consegüent pèrdua del poder i de les seves riqueses.

I, per la seva banda, Ucraïna necessita, com a mínim, aconseguir la retirada completa dels militars del seu territori i el restabliment ple de sobirania en la totalitat del seu territori, inclosos Crimea i Donbás. Això serà possible només quan es destrueixi la força militar de Rússia o aquesta reconegui una força capaç de destruir la seva prepotència militar i senti exactament la mateixa por que ella vol infondre amb el seu expansionisme.

 Aleksei Arestóvitx, assessor de l’Oficina del President d’Ucraïna:

"Les tropes russes encara no s'han adonat que ja han mort"

"Per ser honest, com a militar, no veig cap opció per a l'exèrcit rus a Ucraïna. Encara es mouen per la inèrcia de les ordres, però allò d’intentar encerclar quatre grans aglomeracions urbanes (Kíiv, Khàrkiv, Mariúpol, Mkolàiv) al mateix temps amb 200.000 soldats dispersos a una distància de 500 km, ho poden voler fer només idiotes acabats.

Encara segueixen intentant convocar reservistes, ramassar gent per a tropes al Caucas i llançar-les aquí, sense cohesionar-les per al combat (no hi ha temps), en aquelles carraques velles que han començat a veure’s intermitentment a plataformes ferroviàries a Rússia – cada cop unes poques peces miserables – són com a lubricant per a les nostres baionetes.

També hi haurà encara algun intent de fer un "assalt a Kíiv", un intent de tallar Khàrkiv i Sumi, per envoltar Mykolaiv, però tot això és inèrcia ja. Si no fossin covards, i ho són en el pitjor sentit de la paraula, quan es necessita coratge no en el camp de batalla, sinó en l'oficina del cap, a hores d’ara hi hauria un general a Rússia que s'aixecaria i diria la veritat a Putin:

- L'única oportunitat per que no ens convertim en l'exèrcit de Napoleó, que va perir gairebé per complet als camps, és retirar-nos immediatament de Nikolaev darrere el Dniprò, per intentar mantenir la vora fins a Enerhodar inclusivament. Les tropes de prop de Kíiv, retirar-les cap a Txerníhiv i Sumi, les que són sota Khàrkiv – tornar-les cap a la defensa al nord de Khàrkiv, al llarg de la frontera. A la zona de les forces unides a Donbas, cal que passem a la defensiva. Negociar pel que va ser conquerit, buscar una manera de fotre el camp d'Ucraïna per tal de preservar almenys una mica de presentabilitat.

——-

Però el problema és que aquesta opció no els ajudarà.

En primer lloc, no hi ha un general així. Això requereix un coratge especial, el civil, que l'exèrcit rus ha perdut fa molt de temps.

En segon lloc, un ancià malalt amb Botox, encofurnat en un búnquer, ja no té oïda per a ningú, es doblega cada vegada més sota el pes d’allò que ha comès i, en primer lloc, contra el seu propi poble, el rus.

En tercer lloc, seran tallats, absorbits i dissolts per la nostra pròpia terra. Guerrillers i voluntaris, forces especials i infanteria, aviació i paracaigudistes, artilleria i tropes de míssils acabaran tant amb els qui s'hagin passat a la defensiva com els qui intentin escapar-se.

Les tropes russes ja es mouen per inèrcia, encara no s'han adonat que ja han mort.

Que estan marejats per remolins, confosos, despistats i seran menjats per les nostres estepes i barrancs, els nostres Mavkas i Solokhs, els nostres Malfore i licàntrops, els nostres remeiers Patsiuk i mags, corbs i fantasmes.

Que aquesta terra mateixa s’ha rebel·lat contra ells i que fins i tot les lleis de la probabilitat s’han capgirat contra ells.

L'exèrcit rus a Ucraïna s'ha acabat. Els pares que se’n van deixant els seus fills, sense saber si els trobaran vius quan tornin, no el perdonaran. No el perdonaran ni el deixaran escapar. No és un empat honorable que espera aquí aqueix exèrcit de morts, ni una ronda de punts, sinó una derrota militar de debò.

Aquests idiotes han escampat les seves forces en intentar saquejar com més. Com a resultat, no poden ni retenir, ni avançar. Sabeu, que la venda d'apartaments ha arrencat bruscament a Crimea? Que han evacuat amb urgència les famílies dels oficials del servei de seguretat rus de Crimea?

Han trobat la seva fi aquí. Una terrible, aixafadora, vergonyósa. De manera que la història mateixa s'estremirà. I aquest serà el final lògic d'aquest règim viciat, plomís, inhumà.

No, encara haurem de fer trets. I encara ens farà por, i encara podran avançar, i encara hi haurà una amenaça per a Kíev, i hi haurà més atacs aeris i de míssils, i encara hi haurà els nostres caiguts.

Però tota aquesta ofensiva de zombis és la inèrcia de l'exèrcit de morts.

I nosaltres estem vius. I lluitem pels vius. En nom de la vida.

El final de l'exèrcit dels morts i el final del dragó és a prop. Els brots verds de la seva derrota ja han brollat. Són criats pel sol d'un nou món, que construirem, tancant per sempre la gestalt mil·lenària d'un pantà fètid i inhumà que s'ha imaginat ser un imperi.

Tot serà Ucraïna"

SOBRE LA NECESSITAT D'ATURAR L'AGRESSOR 

Després dels primers dies de la guerra de Putin contra Ucraïna, es va fer evident que l'intent de presentar l'agressió com a una "operació militar especial" va fracassar. La sorpresa per als estrategs del Kremlin no era només la capacitat de combat de les forces armades d'Ucraïna, sinó també el rebuig unit dels ucraïnesos a l'agressió, que el manifesten independentment de la llengua, l'origen o l'estatus social. Els invasors no troben prou col·laboradors, els ucraïnesos fins i tot sense armes expressen la seva oposició a la invasió i, malgrat els trets i l'equip en moviment, exigeixen que l'exèrcit estranger surti d'Ucraïna.

No obstant això, l'agressor no s'atura, sinó que intensifica la seva invasió, tractant d'intimidar els ucraïnesos, bombardejant més obertament zones residencials, escoles, hospitals, posant sota el foc els corredors verds acordats.

Malauradament, l'escalada continuarà malgrat que l’agressor està corrent el risc d'esgotament dels recursos. Seguirà perquè la seva intenció no era realitzar una operació "quirúrgica". L'objectiu del Kremlin és restaurar la seva esfera d'influència aproximadament al nivell de la Unió Soviètica el 1991. Així ho demostren les declaracions de l'elit del Kremlin que es presenten "cansades" de tolerar l'avanç de l'OTAN cap a l'est, que deu d’amenaçar la seguretat de la Federació Russa.

No obstant això, amb les seves accions, Rússia destrueix els seus propis arguments. Al cap i a la fi, l'agressió va caure sobre un país on les úniques bases estrangeres eren bases russes, i l'OTAN, que, segons la propaganda russa, va ser creada per destruir Rússia, continua sense prendre cap acció directa per aturar l'agressió dirigida en última instància contra l'aliança.

L'abstenció de l'OTAN de participar en qualsevol forma amb força militar està justificada, ja que pot ser utilitzada per l'agressor per passar del xantatge a l'acció real contra el seu enemic declarat. La dificultat i el perill és que l'agressor és realment capaç d'accions imprudents per aconseguir el seu objectiu. Sembla que es burla del seny de la humanitat, actuant cada vegada de la mateixa manera: primer fent xantatge amb alguna cosa impensable en el món modern, després assegurant-se que ningú li creu, compleix l'amenaça. El seu menyspreu per la humanitat s'evidencia fins i tot pel moment de les seves accions agressives als Jocs Olímpics, quan, per contra, les guerres haurien d'aturar-se. Aquest va ser el cas de Geòrgia, Crimea i Ucraïna. Ningú podia creure en una repetició tan trivial, perquè les accions militars tenen èxit en cas de sorpresa.

Ni tan sols va ser detingut per la publicació d'informació de la intel·ligència nord-americana sobre la imminent agressió el 22 de febrer. Putin va honrar els seus militars en la seva festa del 23 de febrer i a la nit, va activar les seves forces d'invasió, que havia concentrat, de manera similar descaradament, al voltant d'Ucraïna. Els atacs es van dur a terme en totes les direccions estratègiques per derrotar Ucraïna i no en absolut per "protegir" els enclavaments autoproclamats.

La guerra llampec, com Putin la planejava, no va funcionar, inesperadament es va trobar amb la resistència d'un exèrcit ben entrenat i un poble cohesionat, un rebuig general a la seva agressió i sancions radicals. No obstant això, encara té en la seva rereguarda una població totalment avorregada, que creu en un “entorn hostil” i en una “junta feixista a Kíev”.

La guerra contra Ucraïna és només un pas pel camí cap a l'objectiu declarat: canviar l'ordre mundial a favor de Rússia. També s'estableix que, si és necessari, s'utilitzaran armes nuclears. Tant l'annexió de Crimea com l'ocupació de facto del Donbass van ser l'inici "híbrid" de la guerra contra Ucraïna, això va ser l’inici de l'agressió directa.

De la mateixa manera, l'agressió contra tot el país i el poble ucraïnès durà a més accions, a més gran escala, per als canvis en l'ordre mundial. Si hom lliura Ucraïna a l'agressor, la guerra no s'aturarà, com no va passar així amb el cessament imaginari de les hostilitats pels acords de Minsk. L'agressor només entén el seu propi llenguatge, que no és acceptable per a la humanitat civilitzada.

La cerca d'una solució es complica més encara pel fet que l'agressor evidentment no s'aturarà ni tan sols davant les seves pròpies pèrdues i la mort de civils ucraïnesos. Les vies d'evacuació acordades estan sent bombardejades per les tropes russes, els mitjans d'evacuació i les mateixes vies són destruïdes, mentre que Rússia proposa evacuar les persones al seu territori, convertint-les en ostatges. Pel que fa a les negociacions d'alto el foc, s'afirma que la condició indispensable és el reconeixement de l'annexió de Crimea i la "independència" de les repúbliques de Luhansk i Donetsk, la neutralitat, la "desnazificació i la desmilitarització", és a dir, la capitulació.

L’agressor serà aturat només per un rebuig fort en totes les esferes, quan es vegi de debò feble davant la força a què s’ha enfrontat, quan entengui que haurà de pagar l’ús gratuït del pretext de “l’amenaça per l’OTAN”. Avui l’hi farà pensar el tancament del cel sobre Ucraïna per a les seves màquines de la mort.

No lo quieren escuchar

 

"numerosas delegaciones de países occidentales ... abandonaron hoy la sala del Consejo [de derechos Humanos de la ONU] durante la intervención de Lavrov.

Lo que dice el señor, no sólo son mentiras, son calumnias y difamación (las definiciones están en el Código Penal), comenzando por llamar su guerra "operación especial"

"desmilitarizar y desnazificar a Ucrania" - lo hace Rusia con medios militares y métodos nazis

"practicar ocho años de violaciones de libertades fundamentales de la población rusohablante en Ucrania" - basta con escuchar qué lengua hablan la mayoría de los defensores de Ucrania para darse cuenta de lo desvergonzadamente calumnioso que es el señor ministro.

"Ucrania está siendo arrastrada hacia la OTAN y está recibiendo armas" - nadie la arrastra, no la aceptan en la alianza, es justamente la agresividad de Rusia que empuja a Ucrania a buscar protección y armas para repeler la invasión. 

"Los neonazis tomaron el poder en 2014 y esta ocupación debe parar" - es una nefasta tradición del Kremlin llamar nazi, fascista a cualquiera a quien ve como enemigo de su poder: eran fascistas los comunistas Trotski i Tito, todos los luchadores por la libertad nacional, ucranianos, lituanos, estonios, armenios, tártaros, polacos ... y hasta rusos. Lo que pasó en 2014 fue la extracción del fracasado presidente Yanukovich en un helicóptero de las fuerzas especiales rusas para crear un vacío de poder y poder intervenir (el comienzo de la "operación especial"), pero los ucranianos procedieron según la constitución y eligieron un nuevo presidente y parlamento. Sin embargo, el Kremlin sigue hablando de un golpe de estado, porque así figura en su guión de operación especial y sirve para justificar la anexión de Crimea y la ocupación del sur y este de Ucrania, que resultó un debacle y se redujó a las formaciones terroristas en Donetsk y Luhansk.

"confisca los bienes de iglesias ortodoxas" - se refiere a la recuperación de templos por parte de la iglesia ortodoxa ucraniana, ya que Moscú quería mantenerlos en el poder del Patriarcado ortodoxo de Moscú, creado por Stalin en 1943 y desde siempre controlado por la seguridad del Estado.

"manipular la Segunda Guerra Mundial", "Glorifican a criminales de guerra y olvidan los monumentos de víctimas del fascismo", "Su conducta es una blasfemia, Zelenski debería rendir homenaje a la figura de su abuelo, quien combatió en el Ejército Rojo" - manipulación y blasfemia es lo que hace el régimen de Putin con sus bacanales en torno a la victoria sobre Hitler, el único episodio defendible en el historial del sanguinario dictador Stalin, a quien glorifica como "gerente exitoso". Su gerencia le costó millones de vidas al pueblo soviético, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Al pactar con Hitler, le suministró materiales estratégicos, participó con él en la partición de Polonia, ocupó el Báltico, atacó a Finlandia y Rumania, mientras tanto prohibía cualquier lucha antifascista y declaraba que los incendiarios de la guerra eran Gran Bretaña y Francia, que no aceptaban las propuestas de paz del señor Hitler y eran criminales porque pretendían luchar hasta exterminar la ideología del nacional-socialismo. Cuando fue engañado por ése, el brillante gerente y generalísimo perdió en pocas semanas 3 millones de soldados y para salvar su poder recurrió a la ayuda de Occidente. Ya no quedan veteranos de guerra, quienes podrían contar cuánto armamento y otro material bélico, combustible, alimento y vestimenta tuvieron para combatir al invasor. Lograron derrotar a Hitler, pero salvaron a su dictador, quien les arrebató la victoria como si fuera su triunfo, dejándole al pueblo la tragedia de la guerra y la posguerra. Ni siquiera Stalin se atrevió seguir festejando el día de la victoria, pero su admirador actual, el advenedizo de Putin lo está explotando y convirtiendo en una religión militarista, vistiendo a los más pequeños en el uniforme de aquella guerra que ni él ha conocido, haciendo rezar al todo el pueblo abobado: si es necesario, lo volveremos a hacer. Solo falta poner la etiqueta de nazi a quien quieras destruir y centenares de miles de aborregados subirán a blindados, tanques, aviones, buques e irán sin preguntar por qué.

Tantas mentiras. Dicen que para la diplomacia es inevitable recurrir a mentiras, algunos lo llaman astucia o inteligencia. Pero un jefe de diplomacia que defiende el pisoteo del derecho internacional por su gobierno es impresentable, por decir lo menos.